Un debate con dados cargados

Francisco Rodríguez

Cada vez se afianza más la convicción de que, mientras México no castigue ejemplarmente a sus gobernantes corruptos, no tendrá autoridad moral para exigir un trato justo en el extranjero. Son recurrentes las expresiones de asombro allá afuera cuando oyen que alguien empoderado se queja de la injusticia, y deben revirarle diciéndole que no tiene derecho a pedir lo que en casa no tiene.